Hay nombres que dejé de pronunciar ¡SOBRE TODO UNO! que fue casi marca de fuego en mi garganta, que se comía las palabras y parecía ser mártir de mi vida, ese nombre del cual escapé y por consecuencia dejé cosas de lado un tiempo, un nombre que dejé de pronunciar y cambié a sinónimos o palabras parecidas que bajaran el vació de mi mente, pero ahora es algo normal escucharlo no me produce nada ni siquiera asco, es un algo que ahora digo y no me dan ganas de gritar y destruir paredes completas... es algo que tengo completamente dominado.
Mientras otro nombre que antes era normal para mi vida ahora se convierte en cosquillas cuando se pronuncia, me molesta de repente hablarlo y pronunciarlo pero es la normalidad a la que me tengo que acostumbrar, es la otra parte de mi corazón la que esta en juego en simples palabras, ¿cuál es mi problema? ninguno por este lago.
Y existen millones de nombres más que suben y bajan, me llenan de cosas la cabeza y vuelven a darlo vuelta, millones de nombres que con solo nombrarlos me siento feliz y otros a los cuales la pugna dentro mio se enciende a la hora de decirlos.
Las cosas cambian, un par de letras pueden cambiar tanto el significado de las cosas, una palabra de otra puede hacerme recordar a seres completamente distintos
¡es muy loco! pero me encanta saber que cada uno tiene su huella, su estilo y por ende el nombre que va a su ser.
